jueves, 17 de mayo de 2012

Lo tortuoso ya diagramaba el índice,




El auto se estaciono de culata, la decena de presentes lucían el desencanto de un embrollo sin anudar, solo quedaba poner el punto al final a la pagina,

Las manijas se traslucían en la intemperie, no hubo sorteo sino zigzagueo, el tomo la ultima oreja del vagón, como si desde ahí, pudiera demorar el despiste, quienes se anteponían demoraban la marcha, el no tuvo más que quedarse ahí, quieto,
la fatalidad llego en el devenir de la puerta del auto cerrándose sobre su cabeza , la suspensión dramática hizo resonar el TRAC, los presenten no hicieron más que mirar, automáticamente la puerta volvió al lugar donde jamás debiera de haber salido, 
su cara de rigurosa pena, ahora mostraba un hilo de dolor. 
Pero se debía hacer lo que se hace, y así se hizo.

Después de los ornamentos uno se quedo
el otro, que se iba, frotaba la ranura en su techo

(dicen que en la butaca trasera, alguien renació entre sus mocos y sonrió)



No hay comentarios:

Publicar un comentario